martes, 19 de abril de 2011

El "Espejisómetro"


Publicado por conal_cochran
19 de abril de 2011

El "Espejisómetro"


1973. 11 de marzo. Elecciones presidenciales. El teniente general Alejandro Agustín Lanusse (apodado “El Cano”), presidente de facto, presenta un “candidato oficial” para sucederlo: El Brigadier Ezequiel Martínez. Su eslogan de campaña: “El presidente joven que sabe y puede”. Su partido: La Alianza Republicana Federal (ARF). Obtiene apenas 347.215 votos. Quinto lugar.  Un fiasco.
Siguió siendo joven, probablemente sabría, pero no pudo ser presidente. Notable fracaso del “caballo del comisario”.
II°
1975. 7 de febrero. Es publicado el episodio número 92 de las “Aventuras de Hijitus” titulado “El Espejisómetro”.
 El Profesor Neurus inventa un aparato que es una combinación de rayo láser con proyector de diapositivas. Se llama el “Espejisómetro”. Sirve, valga la tautología, para proyectar espejismos con apariencia de reales, pero que se esfuman al tomar contacto con ellos.
Neurus se sirve de su invento para mostrar falsos castillos en medio de una ruta, marcianos invadiendo la ciudad, autos incendiados para cubrir su huida, perros intimidantes para custodiar su casa y hasta la imagen de sí mismo y de Pucho, su fiel ayudante. ¿Su objetivo? Hacerse rico desvalijando bancos y joyerías aprovechando la confusión. Dos sujetos aparecen en el relato: Quieren robarle su invento para vendérselo a una potencia extranjera.
Como todos los planes de Neurus, éste también sale mal. Super Hijitus interviene. Y él, Pucho y los ladrones de inventos son invitados a ir al calabozo. Se encuentran con una grata sorpresa, tal como lo anuncia el Comisario: Amplio calabozo tapizado, sillones mullidos, cigarrros y champaña. Los cuatro nuevos “inquilinos” entran fascinados, pensando que el encierro, después de todo, no sería tan malo.
Ni bien toman contacto con la imagen, se desvanece. Aparece un calabozo común y corriente. La imagen previa era sólo un “espejismo” especialmente preparado por Hijitus y el Comisario. El invento se había vuelto contra el inventor.

III°
Gran Hermano 2011 está próximo a su fin.
El formato del programa ha sido adaptado a la irrupción de las redes sociales.
Sus participantes disponen de Twitter y confesionario online para expresar sus estados de ánimo, visiones del juego y para comunicarse con sus familiares y seguidores.
El casting, desde el principio, ha generado dudas y disconformidad. Sobre todo a partir del episodio de los destrozos en la casa.
Desde los primeros momentos, pero más que nada a partir de la tercera nominación, comenzó a hacerse notar Cristian Urrizaga, a quien el programa y el público ya identificamos como Cristian U.
Pasó a ser el jugador más comentado y discutido del ciclo.
Todo, a partir de entonces, giró en torno de su figura. A favor o en contra. Por amor u odio. Por admiración o repudio.
A la producción se le presentaron tres problemas:
1°) Que no podían encontrar un oponente con un perfil verosímil para enfrentar a Cristian U.
2°) Que NINGÚN otro participante tenía la cantidad de seguidores  con los que él contaba. Ni todos juntos en placa pudieron sacarlo.
3°) La FULMINANTE COMBINADA: Cristian U señalando el blanco y sus seguidores votando para expulsarlo de la casa, se mantuvo inconmovible durante un mes, con cuatro eliminados sucesivos: Emanuel, Loreley, Luz y Jonatan. Y en forma alternada, Tamara y Solange.
So pretexto de que el juego se había vuelto “demasiado previsible”, y dado que no emergía NINGÚN liderazgo que le pudiera hacer frente CON ÉXITO a Cristian, la burocracia telefeística comenzó a intervenir.
A través de los “debates”, donde se pretendía buscar “liderazgos” inexistentes y los apparatchiks difundían su “antiuísmo” visceral, atacando, inclusive, a los invitados.
A través de las “galas”, con manejos tales como el “efecto Kimba”, “malhumor de Alejandro”, “maldad de Pamela y Gisele”, “Solange víctima”, “Cristian U agresivo y violento”, etcétera. Esos “clichés” desempeñaron un papel fundamental a la hora de “influir” en el resultado final de las votaciones.
A través de programas como AM, Zapping y similares.
Y a ello se le sumó el accionar de “Intrusos” y su Politburó siempre interesado en hurgar en las vidas ajenas.
Emiliano, “sobreviviente” frente a Alejandro luego del intento de enternecer al público con el “efecto Kimba”, fue mostrado como “fortalecido”.
Cuando la realidad era que venía de ser el ideólogo fallido de la “cajita feliz” que culminó con la ridícula “Placa de Pirita” donde él y todos sus aliados quedaron nominados.
Llegaron a decir que Emiliano era “el asesor que a todo político le gustaría tener”. Como si se tratase de Metternich, Bismarck o Kissinger.
Párrafo aparte merece Alejandro: Ya NO era útil para la producción y por eso no se hicieron demasiados esfuerzos para favorecer su continuidad en el programa. Y Tamara correría la misma suerte dos semanas después. Definitivamente éste NO iba a ser el Gran Hermano de la congoja por las “historias fuertes”.
Se apostó, también a una futura “traición” de Martín Anchorena y a un distanciamiento con Cristian U que NO se produjo. Algo que tampoco ocurrió con Martín Pepa.
El “relato” de los “debates” y las “galas” NO se correspondía con lo que se veía a la hora de las nominaciones.
Motivo suficiente para dudar de las “novelas por entregas” imaginadas por “moderadores”, “conductores” y ciertos “panelistas”.
Las galas de los milagros estadísticos en las que se terminaron yendo Pamela y Gisele, posicionaron, finalmente, a Solange.
Uno de los pocos inventos que a la producción le quedaba por probar.
Ahora era una “candidata fuerte”.
Una “estratega” experta en “esquivar las balas”.
“Calumniada” por Pamela y Gisele.
Una “heroína sufriente” que se sobreponía a la “violencia de género” y continuaba en la casa.
Una chica “auténtica” que empezó a crecer en número de fans.
La esperanza del “antiuísmo” que había “sobrevivido a dos placas”.
Con un entusiasmo digno de la película “Wag the Dog” (“Mentiras que matan”), el guión debía forzarse para mostrar las “virtudes” de la contracara de Cristian U.
Pero ocurre que era MUY DIFÍCIL, sino IMPOSIBLE, tapar los MOMENTOS OSCUROS de Solange en la casa:
Sus fracasos seriales en materia “estratégica”
Sus complots.
El haberse quitado los micrófonos.
Sus comentarios discriminatorios.
 Y sus pedidos de auxilio al gobierno tucumano para permanecer en el juego, no sabemos si producto de su imaginación o con una convicción certera de recibirlo.
El gobierno de la provincia donde se proclamó la Independencia en 1816, hecho que ella IGNORABA.
Se fue “inflando” su figura en los debates.
Al nivel de SILENCIAR cuestiones como el de sus comentarios discriminatorios consuetudinarios.
Había que sostenerla A CUALQUIER PRECIO.
El “antiuísmo” tenía la candidata tan buscada.
Pero Solange se enfrentó a un problema.
Así como existe el “antiuísmo”, esa “protección” hacia ella que se percibía en los “debates” y “galas”,  a la que se sumó el ataque sistemático y diario contra Cristian U desde la “nomenklatura” del “canal de la familia” y desde el Tribunal Supremo de “Intrusos”; generó un efecto nuevo.
El ANTISOLANGISMO.
Personas que comenzaron a detestarla a ella con el mismo fervor que los “antiuístas” odian a Cristian U.
Y así como el “antiuísmo” hace esfuerzos denodados por encontrar cualquier cosa que sirva para atacar a Cristian U., el “antisolangismo” comenzó a operar en el mismo sentido.
Así, aparecieron videos mostrando a Solange burlándose de “negros” y “gordas”.
Para contrarrestarlos con la “historia oficial” de la burocracia telefeística.
Se la vio pidiendo ayuda al gobierno tucumano para sacar a Gisele y quedarse ella en la casa.
Tema que fue IGNORADO en los debates por el “moderador” Peluffo; más preocupado por enviarme un twit mal redactado (iniciado con un gerundio y con la palabra “Halloween” mal escrita) que en abordar y desentrañar la verdadera naturaleza de “la magia del voto tucumano”.
Luego, a Solange se la vinculó con un tal Pablo Cohen.
De quien se sostuvo que es SU TÍO y PRODUCTOR DEL PROGRAMA, cosa que no me consta.
Y, finalmente, se sostuvo que habría manifestado que había que escuchar “las dos campanas” respecto de los asesinatos masivos propalados por el régimen totalitario nazi de Adolf Hitler.
Cosa que TAMPOCO me consta.
Ambas cuestiones (presuntos vínculos con Pablo Cohen y presuntos comentarios favorables al nazismo), supongo que no deben ser ciertas. Ni consideradas importantes por el canal. Porque nadie se ocupó de proceder a desmentirlas.
Lo cierto es que ese presunto vínculo de parentesco con Cohen permitió inferir a varios telespectadores (justa o injustamente, como muchos de los hechos que se adjudican a otros participantes) que había un CLARO FAVORITISMOhacia Solange y que esa era la causa del “cuidado de su imagen” en “galas” y “debates”.
Mientras tanto, como si el suyo fuese un liderazgo legítimo, varios de sus fans la veían cual doncella nibelunga ingresando al Walhalla.
Impermeable a seres desagradables como “uruguayos piojosos”, “porteños ladrones”, “negros”, “gordos”, “viejos”, y “feos” a secas.
Todos ellos colocados implacablemente en listas negras, como merecedores de una especie de “solución final” a la bartola, tal como parecieran anhelar los seguidores más “jacobinos” solangistas/ “antiuístas”.
IV°
El milagro estadístico que eyectó de la casa a Gisele y los insultos de ciertos fans “antiuístas” me decidieron, por unos pocos días, a actuar con lógica ANTISOLANGISTA.
Me encapriché.
No la soportaba más en la casa.
Pero, menos que a ella, al ENCUBRIMIENTO que la rodeaba.
A la forma DESPROPORCIONADA en que se infló su figura.
A los apparatchiks refiriéndose a su “fortaleza” y a los comentarios livianos sobre el “voto tucumano”.
Y me propuse hacer lo poco o mucho que estuviera a mi alcance para NO verla en la final.
Todo un desafío, frente a una candidata presumiblemente “oficiosa”.
Algunos, tanto por Twitter como en el Foro de Gran Hermano, me preguntaron “en qué andaba”.
Y comenté que estaba poniendo mis mayores esfuerzos en dar una SORPRESA TÁCTICA.
Nadie puede negar lo que advertí.
Quedó tan a la vista como La Carta Robada, de Edgar Allan Poe.
Cuando algunos expresaban que “todo Tucumán” apoyaba a Solange, yo dije que NO era así. Y algunos de sus seguidores, ensoberbecidos, se rieron.
Y otros, para no perder la costumbre por su desapego a las buenas formas, me insultaron.
Y a partir de ese instante decidí establecer contacto con personas de mi conocimiento, residentes EN TUCUMÁN.
Pertenecientes a asociaciones de estudios históricos.
Alberdianas, lapridianas.
Y a familias influyentes.
Discretas en su accionar, pero de peso.
Usualmente escuchados.
Algunos de ellos, con buen pasar económico.
Por no decir, con una cuenta corriente más que abultada.
Que me aprecian. Y mucho.
Todos ellos, como yo, gustan de los juegos de estrategia. Y del estudio de la Historia. Argentina, por sobre todo.
Nos hemos reunido, regularmente, a jugar al TEG, al 1914, al Risk.
Y a hablar de historia. Argentina, pero, además, militar.
De táctica, de estrategia y de logística.
Todos ellos venían siguiendo, en forma más o menos regular, Gran Hermano 2011.
Esta edición. No habían visto otras.
Venían viendo el programa como espectadores, pero SIN votar.
Consideraban que no valía la pena.
Hasta que les hice llegar mi artículo “¿Las cosas que hago por Tucumán?”:
Que los llenó de indignación.
Pero, más aún, se irritaron cuando leyeron la recopilación escrupulosa que hice de los insultos, hacia mí y hacia otros, propalados por los seguidores de Solange.
La tucumana que ignora que la Independencia fue proclamada en 1816.
Justamente EN TUCUMÁN.
La que más nerviosa se puso con todo lo que leyó, fue una señora distinguida. Profesora de Letras. Que habla latín, griego, inglés, francés y rudimentos de alemán. Que se puso peor aún cuando le informé que Solange escribió “hiriente” sin “h” en su Twitter.
Eso fue suficiente para ella.
Como si hubiese visto al mismísimo diablo.
Y me preguntó qué me parecía qué podía hacer.
Les dije que en el programa se estaba presentando a Solange como una gran “estratega”. Cosa que generó sonrisas sarcásticas en el marido de esta señora.
Un caballero afecto a la Historia Militar, con el que solemos pasar veladas interesantísimas hablando de batallas diversas.
Desde Austerlitz y Chacabuco hasta Tsushima y Verdún.
Él, siguiendo a su señora esposa, insistió en preguntarme qué podía hacer.
Ahí les pregunté si les parecía JUSTO, y una imagen adecuada para la provincia, que quien dice ser “representante de Tucumán” pudiese llegar a la final de Gran Hermano 2011, y acaso ganar el juego, habiendo sostenido que la Independencia fue proclamada EN 1810.
La respuesta fue un NO rotundo.
Les dije, entonces, que necesitaba de su APOYO CUALITATIVO (difundiendo mi artículo) y CUANTITATIVO(involucrándose en la votación, enviando mensajes de texto, los más que pudiesen, para lograr la expulsión de Solange).
No sé si habrá ayudado mucho.
Pero, por lo que me han manifestado, tanto ellos como un grupo RESPETABLE y NUMEROSO de personas que son de su amistad (varias de las cuales TAMBIÉN me conocen), literalmente GASTARON SUS DEDOS mandando, con frenesí, sus mensajes de texto para expulsar a la niña de los espejos.
“Inflar” a Solange terminó siendo demasiado costoso para la producción,
En la última gala, lo único que pudieron conseguir es que se quedase por UN PUNTO.
Cada vez que abría la boca, estallaba una polémica.
La trasmisión de “24 horas en vivo”, se cortaba.
Cual canal soviético encubriendo un estallido social en la Plaza Roja.
Y sin pasar, ni siquiera, “Polyushko Polye” para pasar el rato:
Todo esto debió ser una señal de alarma para el programa.
Algo que se puso de manifiesto en la ÚLTIMA “GALA”.
Donde, contrariamente a lo que muchos esperaban, NO HUBO material que comprometiera a Martín Anchorena del mismo tenor que el que terminó expulsando a Pamela y Gisele.
La entrevista a las familias Gómez y Anchorena me permitió inferir que NO volvería a pasar lo mismo que la semana anterior.
No se perfilaba un nuevo “milagro estadístico”.
De esos que harían empalidecer la conversión de agua en vino, la multiplicación de panes y peces y la resurrección de Lázaro.
La profesora de Literatura y su esposo me llamaron.
Me dijeron que estaban entusiasmadísimos votando. Al igual que su más que numerosa familia. Y todos sus amigos.
“No queremos ver más a esa [señorita] en la casa”, dijeron con firmeza.
Poco antes de las 22.30, el Hombre Honorable (como Bruto, el asesino de Julio César), entró a la casa.
Mostró el sobre en el que constaba que Solange había sido expulsada.
El “antiuísmo” se había quedado sin su admirada Superniña.
Los votos, cual kriptonita, la habían dejado afuera.
Entre ellos MUCHOS de mis apreciados amigos tucumanos, que aportaron su granito de arena.
Cualitativo y cuantitativo.
A quienes agradezco por el tiempo y dinero invertido (de SU bolsillo, ya que ninguno de ellos trabaja para el estado provincial tucumano).
Solange, la candidata de la burocracia telefeística, se quedó afuera.
Así como el 11 de marzo de 1973, el candidato de “El Cano”, el brigadier Martínez, quedó quinto en las elecciones; Solange Gómez, la que parecía candidata “oficiosa” del canal, quedó, también, quinta. Y tuvo que irse de la casa de Martínez.
“El canal de la familia” debió sacrificar a su candidata sobredimensionada. Quedó preso. Como el profesor Neurus. Encanado y víctima de su invento, “El Espejisómetro”.
Los espejos quedaron solos en la casa.
Solange, la candidata joven que no supo jugar, salió.
Y no pudo ser coronada como ganadora.
Había pasado a la historia chica de Gran Hermano la que había ignorado nada más, ni nada menos, que un acontecimiento central de la Historia Argentina: Su Independencia, firmada el 9 de julio de 1816, en la histórica Casa de Tucumán, hoy museo nacional.
Ni bien la puerta de la casa se abrió y Solange estuvo afuera, todo se desvaneció.
Otro espejismo de la producción fue tocado por la realidad.
Y se esfumó.
El “Espejisómetro” había dejado de funcionar.
Al menos por un tiempo. 
Conal Cochran 

2 comentarios:

  1. ¿Espejisómetro? ¿No será "proyector holográfico"?

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  2. El nombre que le puso el Profesor Neurus al invento fue "Espejisómetro".
    Combinaba la proyección de fotografías con un láser que les daba corporeidad a las imágenes, como si fuese 3 D. Al tocarlas, se esfumaban.
    Quizás sería una buena idea escanear la historieta y subirla para que todos la puedan leer.
    Gracias por pasar por aquí.

    Conal Cochran

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