sábado, 2 de abril de 2011

¿Qué es el "antiuísmo"? (02 de abril de 2011 - Foro GH 2011)


Publicado por conal_cochran
02 de abril de 2011

¿Qué es el “antiuísmo”?


Este post pertenece al grupo Yo ELIJO y RESPALDO a Cristian U
¿Qué clase de cosa es el “antiuísmo”?
Es evidente que no se trata de una corriente de pensamiento. Mal podría serlo teniendo exponentes como Emanuel, Leandro, Luz, Jesica y Alejandro, entre otros que forman parte de  esta constelación de prohombres y damas patricias autoconvencidos de que son representantes esclarecidos de los mejores “códigos de convivencia” y “buenos sentimientos”. La “reserva moral” de Gran Hermano 2011.
Tampoco es una religión o una secta. Con semejantes sumos sacerdotes, la feligresía iría por muy mal camino.
No es un partido político. No me imagino a ninguno de ellos redactando una plataforma delineando la política exterior del país o pensando en un mecenazgo adecuado para salvaguardar y promover las expresiones y necesidades de la cultura.
El “antiuísmo” es, simplemente, EL ODIO A CRISTIAN U. La aversión de muchos hacia UNO. La irritación de quienes van perdiendo, por incapacidad propia, frente a aquél al que quieren ver perder.
Ese UNO (detestado), con inteligencia, astucia y picardía, logró sacar a los agentes operativos (o inoperantes, como se prefiera) del antiuísmo que vivieron en la casa. Uno por uno. Como si se tratase de las víctimas de “And Then There Were None”, de Agatha Christie. Esto devino en un odio visceral de todos los eliminados, que se pone de manifiesto en los “debates” conducidos por el “moderador” Peluffo y verbalizado ante todos y cada uno de los micrófonos que tienen (y tendrán) a disposición hasta que el programa termine y podamos hacer el ejercicio saludable de olvidarnos de ellos. Mientras tanto, seguirán siendo apparatchiks de los debates. Drones inefectivos. Bots con una rutina autoprogramada consistente en decir “no lo quiero a Cristian U”, “Cristian U no va a ganar”, “denle los cuatrocientos mil pesos ahora a Cristian U y chau”, “un aplauso para Cristian U”, “eso que hizo Cristian U yo lo hice antes”, etcétera. Son cultores de las  expresiones unimembres y los gestos fastidiosos. Intolerantes y con ideas fijas. Ajenos a la realidad. Apenas oyen decir “Cristian U” sacan la lengua cual si fuesen perritos de Pavlov esperando su churrasco cuando suena la campanilla.
En el “antiuísmo” están Luz y Alejandro.  Con el ego más grande que un avión de Aeroflot, se autoconsideran “buenos y de buen corazón”. Una (que le hizo un regalo de mal gusto a Jony K y que se burló de Rocío cuando entró en crisis y se fue de la casa) y otro (que le propuso a Tamara usurpar una vivienda), la última semana respaldaron A SOLANGE para que se quedase en la casa, esto es, a la participante que pareciera sentir aversión hacia “negros” y “gordas” y que se considera “vanidosa” (tal como consta en su perfil). Ambos pontifican, como si fueran los dueños de la verdad, cuáles son las líneas “correctas” de pensamiento a las que hay que adherir. En tal sentido, criticar a lesbianas y a personas con “disforia de género” (en términos utilizados por Alejandro) es algo grave, pero parece no serlo apoyar a quien se burla de “negros” como Jony K o “gordas” como Pamela.  No es que toda discriminación es mala; sólo la que a ellos les parece. Alejandro completa el panorama con sus aseveraciones totalitarias e intolerantes, cuando sostiene “ellos son violentos” para englobarnos a TODOS los seguidores de Cristian U. Ahora no los veo más, pero sería recomendable que en los “debates”, ya que el “moderador” Peluffo es amigo de Claudio Morgado, vayan expertos que hablen sobre las burlas a quienes padecen ( o les hacen notar que padecen, aunque no sea cierto) bulimia, anorexia, obesidad y a quienes han sufrido rechazo por el color de su piel. De otro modo estaríamos ante una campaña de antidiscriminación tuerta, donde no se aborda lo que “no conviene”.
En el “antiuísmo” están Jesica y Loreley, que con Tamara conformaron una especie de trío reencarnado de Aelo, Nicótoe y Ocípete. Desparraman resentimiento por cada estudio de televisión que pisan. Jesica pierde la línea atacando a los invitados a los debates y hasta a miembros del panel. Loreley (que todo el tiempo mete la muletilla “el cual” en todas sus afirmaciones)  denuncia una acción violenta (absolutamente repudiable) contra su academia de modelos, olvidando sus bravuconadas con respecto a su deseo de eliminación física de Cristian, con uso arma de fuego mediante. De todos modos rescato de Loreley que, por lo menos, ha dicho en más de una oportunidad que los jugadores que permanecen aún en la casa debieran esforzarse por mostrar sus méritos propios, en vez de girar y hacer girar todo en torno de Cristian U. Razón no le falta, yo opino igual que ella, pero ocurre que NO hay un solo jugador en la casa que, al menos hasta ahora y desde mi perspectiva, haya podido igualar o superar a Cristian.
En el “antiuísmo” está la tetrarquía de “los pibes”: Leandro, Christian Y. , Emanuel y Jonatan. TODO el tiempo lo malgastan en hablar mal de Cristian U. Su intervención en los debates ni siquiera hace hincapié en el recuerdo de lo poco o mucho que ellos aportaron y lo que pueden aportar los “amigos” que aún tienen en la casa; sino en la crítica permanente hacia el jugador que los obsesiona; no pudiendo entender todavía cómo el público lo apoya a él y NO a ellos. ¿Cómo es posible que los telespectadores “se puedan equivocar tanto”?. No lo pueden consentir.  Por eso se los advierte enojados y tensos. Y pretenden que, como los hechos no coinciden con sus teorías, deben ser desechados.
En el “antiuísmo” están Emiliano, Solange y Tamara. Sus dotes “estratégicas” han quedado a la vista la semana en que ellos, con Alejandro, quedaron TODOS en placa. Pero no hay nada que, rememorando a Joe Cocker, en Woodstock,  no se pueda solucionar “con una pequeña ayuda de sus amigos” editores y manipuladores de canciones, sonidos y grabaciones exteriores y hasta el oportuno auxilio canino de Kimba.
Pero el “antiuísmo” también tiene (o pretende tener) una suerte de “autoría intelectual”, una “craneoteca de los genios” que, bajo el disfraz de la “objetividad”, se dedica a “bajar línea” o “dar letra” para que se hable todo el tiempo (y, casi siempre, mal) de Cristian U. En esta empresa aparecen unidos los máximos exponentes de la burocracia telefeística matutina, vespertina y nocturna.
El componente “ideológico” del “antiuísmo” se explicita, en ciertas ocasiones, a través de un “gurú” con pretendidas dotes humorísticas: Esa sobresaliente e inolvidable estrella del firmamento  actoral  argentino que es Sebastián de Caro, el autor de la ineficaz y en extremo estúpida “estrategia” que hizo salir de la casa a su “héroe políticamente correcto”: Emanuel. Todavía no logro entender las contradicciones de de Caro, que dice haber apoyado a Gastón Trezeguet en Gran Hermano 1 y ahora se lamenta porque el “Greates Sudamerican Hero” Emanuel no fue el ganador del programa.
Trátase (Emanuel) del personaje que rechazó airadamente la sanción impuesta por los destrozos en la casa a través del “dúo dinámico” que constituía con Leandro. Trátase del personaje que se quitó los micrófonos y, con Solange, se convirtió en un complotador serial, fracasando una y otra vez en sus despropósitos. Trátase del que se enfrentó con el conductor del ciclo, Jorge Rial, en una intrascendente pelea de pandillas barriales para medir cuál de las dos tenía más “aguante”. Trátase del que muchos que critican a Cristian U por su forma de expresarse y por su carácter, apoyan cual si fuera “su contracara”: Alguien “con códigos” y “fiel a sus amigos”. Trátase del personaje que promovió el JUEGO DE LAASFIXIA con Luz. Y trátase, finalmente, de alguien que vivía (y vive) criticando a Cristian U, motivó a todos para autonominarse masivamente mientras sólo él votó (le dio cuatro puntos al objeto de sus desvelos y enconos, que no sirvieron para nada porque su blanco se autonominó) . Trátase de quien fue expulsado de la casa por más de un setenta por ciento de los votos. En síntesis, el “héroe”  que surca los cielos del imaginario de de Caro bien podría ser asociado con un genio impotente al que hay que rogarle que vuelva a la lámpara o que no salga, frotándola para que siempre se quede allí. Es la alegoría del “no poder”. De la impotencia “antiuísta” enceguecida por quien aborrece con encono irracional.
Otro que baja línea “antiuísta” es el “moderador” Peluffo. El que sostiene que si no invitan al estudio a fans de Cristian U, entre chanzas de efectividad dudosa, le van a destrozar el auto y cosas por el estilo. El que simula “esconderse” cuando el señor Tartúfoli sugiere que le suministren drogas ilegales a Cristian para “calmarlo”. El mismo que dijo no haber compartido el regreso de Cristian a la casa, pero que él prefería seguir siendo parte del “establishment” granhermanístico y que, aún en desacuerdo, tenía que seguir pagando sus cuentas y la obra social. “París bien vale una misa”, como alguna vez dijera “Enrique IV” al abrazar el catolicismo con el solo objeto de poder acceder al trono de Francia. El “moderador” Peluffo, con su sempiterna chicharra hirviente de “información fresca” pegada a su oreja, lanzó, hace algunas semanas, la idea de “una amiga fanática de Gran Hermano, que prefiere el anonimato” consistente en que “qué pasaría si todos los expulsados opuestos a Cristian concentrasen los votos en UN solo finalista”, idea que fue recibida con alborozo radiante por Jonatan, el caballero que tiene dificultades para recordar nombres de señoritas. Nunca, en otras ediciones, se propuso algo así DESDE la conducción de un debate.  TODOS contra UNO. ¿Será la nueva línea editorial del programa o se tratará de un ejercicio de pensamiento libre del señor Peluffo mientras espera cobrar a fin de mes?
El “antiuísmo”, finalmente, se manifiesta a través de los fans de los participantes derrotados y por derrotar. Cual si se tratase de Catón y su “Delenda est Cartago”, se presentan en todos los muros, en especial en el de Cristian U, criticando a “uruguayos piojosos”, “negros villeros”, “porteños ladrones”, etcétera, mientras ellos se consideran apóstoles de la paz y la no violencia. Hay una que dice ser “psicóloga” y que su pequeño hijo “lloró a cántaros” porque, por accidente, apretó el control remoto y vio gritando a Cristian U. Otros, siguiendo los razonamientos desproporcionados e iracundos de Jesica en los debates, critican a los que “nos dejamos manejar” por Cristian U concluyendo que “así está el país”, cuando en este foro hemos visto a muchos padres y madres de familia, profesionales , jóvenes de formación universitaria y personas de las más diversas edades y sectores sociales apoyando a Cristian y su juego. No lo pueden soportar y nos atacan. Desparraman sus catilinarias vacuas y de escasa o nula entidad argumentativa demostrando una carga de agresividad tan espantosa que, realmente, les debe ser muy difícil de controlar.
He llegado a la conclusión de que el “antiuísmo” es nocivo para la salud. Envenena al cuerpo y el alma. Genera malhumor, frustración y un compromiso insensato con el fracaso permanente. No se apoya a NADIE. Se repudia a ALGUIEN. Se lo odia y se busca, no una victoria propia, sino impedir, a cualquier costo, la ajena. Se trata de un rejunte que se mueve sin ton ni son. Que sólo se resigna a que Cristian U pierda como perdieron ellos, los que integran esa ameba difícil de clasificar que es el “universo antiuísta”. Una incógnita en constante involución.
NUNCA accionan, SIEMPRE reaccionan.
NUNCA proponen, SIEMPRE se oponen.
Ya NO PUEDEN ganar, quieren que OTRO PIERDA. Cualquiera es “mejor” que “ÉL”.
El “antiuísmo”, en definitiva, pareciera ser una manifestación hipocondríaca desproporcionada. Un malestar difícil de controlar con relación a UN jugador y sus seguidores. Y, tratándose únicamente de UN JUEGO, en lugar de divertirse, incurren en la insensatez de comportarse como si padeciesen una enfermedad que afecta a todo el cuerpo y sólo se cura con la muerte.
Conal Cochran

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