martes, 12 de abril de 2011

El Fin empezó Ayer


Publicado por conal_cochran
12 de abril de 2011

El Fin empezó Ayer


El Fin empezó Ayer
En 1964 la Televisión Española puso en el aire una serie llamada “Mañana puede ser verdad”. Uno de cuyos capítulos se titulaba  “H Niuman Doctor en Medicina”.
En 1982, en el ciclo “Historias para no dormir”, conducido por Narciso Ibáñez Serrador, se hizo una remake de ese capítulo, que llevó, esta vez, un nombre enigmático e inquietante: “El Fin empezó ayer”.
La historia transcurre en Italia.
Un hombre extraño, Marco Alessio, ingresa a la Facultad de Medicina.
Contacta con el profesor Ferraro, titular de una de las cátedras de la Casa. Le confiesa que las clases del primer año le parecen demasiado simples. Que desea que le permitan inscribirse en los años posteriores de la carrera, porque deseaba recibirse lo antes posible.
En un primer momento rechazado por los estudiantes, logra conquistar su atención y aprobación proveyéndoles de una música especial, preparada por él mismo, para un baile estudiantil.
Luego se desarrollan hechos extraños: Una estudiante enamorada de él va a visitarlo a su habitación. Ve algo que la aterroriza y muere.
Otra de ellas pide hablar con él en la confitería. Y le hace notar cosas que le llaman la atención: Alessio no come, no duerme, siempre se ve la luz de su dormitorio prendida.  Luego de esa conversación, algo la sorprende por la noche. También muere.
Alessio consigue lo que se había propuesto: Impresionados por su nivel académico, las autoridades de la Universidad le permiten al extraño estudiante cursar toda la carrera de Medicina en el tiempo récord de nueve meses.
El profesor Ferraro, el último día de clase, va a despedirse del alumno sobresaliente  a su dormitorio. Éste se estaba duchando y le pide que lo espere un momento. Con asombro y estupor, Ferraro ve extendiendo un extraño brazo y  tomando una toalla para secarse.
Meses después, Alessio se había convertido en uno de los médicos más reconocidos  de Italia y Ferraro acude a visitarlo a su consultorio.
La conversación es tensa y dura. Ferraro señala que el motivo de su visita es hablar del brazo del otrora alumno superdotado. Alessio, imperturbable, blanquea la verdad: Él es un ser EXTRATERRESTRE.
Su propósito es colonizar la Tierra, como el de otros habitantes de su planeta.  Desafía a Ferraro a que vaya a denunciar que él es un monstruo extraterrestre. ¿Quién se  lo iba a creer?
Alessio, entonces, pasa a contar el plan de dominio de los suyos ¿Cómo piensan hacerse del control de la Tierra? Infiltrándose en los puestos más encumbrados: Convertirse en los mejores médicos, abogados, empresarios, etcétera. Desde esas posiciones de poder,  manejarían a todos los terrestres. ¿Con qué método? La hipnosis colectiva: Hacerles ver lo que los propios habitantes de la tierra quieren ver. No hacía falta destruir nada. No era necesario derramar sangre. Sólo conquistar las mentes.  ¿Estaba mal querer ocupar los mejores puestos? No, razona Alessio: Es la misma política que los terrestres practican: Valerse de parientes y amigos como escalones para ascender.  En un orden social basado en la dependencia, donde uno manda y otros, obedecen.
Ante la recriminación de Ferraro de que necesitan ocultarse para sus propósitos, Alessio le pregunta que le responda, con toda sinceridad, como se siente al verlo cómo es él REALMENTE. Un espectáculo aterrador se adivina a través de una sombra negra que se apodera de la pantalla. El auténtico Alessio estaba a la vista.
Ferraro, conmocionado,  toma contacto con el Ministerio de Defensa italiano. Cuenta todo lo que sabe. Dice que tiene pruebas de otros estudiantes que,  como Alessio, accedieron a universidades de distintas partes del mundo y que hicieron carreras en nueve meses. Todos ellos estaban ocupando puestos de conducción relevantes.
Las autoridades del Ministerio lo escuchan con atención. Manifiestan creerle. Otorgan carácter de Alto Secreto Militar a la información. No podía cundir el pánico. Le recomiendan a Ferraro retirarse a descansar luego de la dura experiencia vivida. Y que no dijera nada de lo que les había contado.
Una vez que tienen la certeza de que Ferraro está lejos, sus interlocutores cierran la puerta con llave.  Alessio, por descuidarse, había sido descubierto dos veces. Ya podían dejar de hablar como los humanos.

II°
El siglo XX, con el uso del cine, la radio, la televisión y la propaganda, varios gobiernos  se han valido de la HIPNOSISCOLECTIVA para conseguir sus propósitos.
El cine soviético, el de la Alemania nazi, el de la España franquista y el de la China comunista; fueron claros ejemplos de ello. Como así también ciertos cartoons estadounidenses
La circunstancia perfecta para lograr la unión en pro de un mismo objetivo, una reivindicación nacional largamente postergada siempre ha sido, por ejemplo, un enfrentamiento bélico.
El mismo año de 1982 en que se estrenó “El Fin empezó ayer”,  hubo un claro ejemplo que a nosotros nos tocó muy de cerca: Malvinas.
Hipnosis colectiva en Buenos Aires y en Londres durante setenta y cuatro días. Los resultados son conocidos por todos.
Y el dolor, persistente. Una herida permanente.

III°
En tiempos de guerra o en tiempos de paz, los medios de comunicación social, conocidos como el “Cuarto Poder”, tienenSUS PROPIOS INTERESES.
Su afán es convertir la OPINIÓN PUBLICADA en OPINIÓN PÚBLICA.
RECORTAN la realidad de manera tal que ENCAJE con esos INTERESES que les son propios.
En ese marco, por citar UN simple ejemplo, ser “condenado en/por los medios”, es fatal.
Tomemos el caso de una docente acusada de abuso de menores, sea o no cierto lo que se le imputa.
Es probable que sea interceptada por un movilero que, grabador en mano, la interrogará ANTES que el juez.
Quizás le pregunte “qué sintió al abusar de cinco niños”.
Si la mujer responde que es inocente, o si no responde, igual será sentenciada.
“Más allá de lo que ella diga, TODOS sabemos que es aberrante lo que hizo”, dirá el movilero.
Ese “todos” es la línea de SU medio. La opinión publicada transformada en pública.
Aclaro que el ejemplo que estoy dando, HA OCURRIDO hace algunos años.
Como ése recibimos MUCHOS mensajes que nos van formando un corpus de opiniones favorables o contrarias hacia determinados personajes.
A muchos de los cuales terminamos glorificando o sepultando.
Sin detenernos a pensar si lo que nos dijeron es cierto o no.
Sin reparar en que, quizás, estemos ensalzando a quien no lo merece.
 O condenando y destruyendo la vida a alguien del que no sabemos lo suficiente.
En ese contexto, los poderes del estado republicano quedan DESDIBUJADOS.
 Y las prácticas democráticas, condicionadas.

IV°
Imagino que casi todos los que vemos Gran Hermano 2011 SABEMOS que es un show televisivo.
Cuyo objetivo es lograr el mayor rating posible.
GANANCIAS para el canal por añadidura y principal motivación.
El fanatismo de todos y cada uno de nosotros concurren A ESE OBJETIVO DE TELEFE.
Seamos muy o poco conscientes de lo que pasa, es así.
Los mensajes de texto que enviemos los seguidores de Cristian U, Solange o cualquier otro jugador tienen un ÚNICObeneficiario: TELEFE.
Nosotros, en tanto, nos sumimos en una HIPNOSIS COLECTIVA.
Vemos lo que el canal QUIERE que veamos y nosotros, en función de nuestro favoritismo hacia uno u otro participante,VEMOS, asimismo, lo que nosotros QUEREMOS ver.
Nos trenzamos en discusiones con quienes no conocemos.
Leemos amenazas e insultos.
Algunos, enardecidos por el trato recibido, dejan sus datos personales para enfrentarse a trompadas con otros.
La discriminación y el lenguaje subido de tono son moneda corriente.
¿Protagonistas? Todos.
¿Agresores? También.
Con insultos directos o con ironía elaborada.
Atacando el intelecto de los participantes.
 O subrayando “defectos” como el color de su piel, el sector social del que provienen o su real o presunto sobrepeso.
El fanatismo nos puede.
Todos formamos parte.
Hasta que llega el momento de votar para expulsar al nominado.
Mandando mensajes de texto por doquier.
Dinero que terminará, irremediablemente, en UNA SOLA COFRE. El de TELEFE. Sheriff de Nothingham de esta historia.
Formaremos nuestras opiniones de las formas más diversas.
Viendo los informes oficiales de la burocracia telefeística.
Leyendo los foros.
Buscando fuentes alternativas, por si dudamos de la fiabilidad de la “edición” del canal.
Discutiremos por Facebook, Msn o Twitter.
 Estemos de acuerdo con TELEFE, o no, todos bailamos al son de su flauta.
Cristian U, desde el principio, evidenció estar muy por delante de sus compañeros de convivencia en la comprensión del juego.
Y se generó una dicotomía que servía a los propósitos del canal.
 Se lo amó o se lo odió.
Y su regreso POTENCIÓ esa división.
 Hasta en los debates, donde se presenciaron agresiones cruzadas.
El retorno de Cristian, en los hechos, SALVÓ a TELEFE del naufragio de su rating.
Pero, para el “guión” buscado, no se podía consentir que Cristian señalara TODAS las semanas un blanco y que éste saliera.
Había que buscar una “contrafigura”.
Algo MUY DIFÍCIL entre quienes no sabían jugar. 
Todo, en el análisis del juego, giraba en torno de Cristian U.
No servían Alejandro ni Tamara para lograr ese propósito. 
Ellos, y otros, fueron quedando en el camino.
Entonces se pensó en Solange.
 Y, en menor medida, en Emiliano y Martín Anchorena.
Ellos podrían ser la posible “contracara” del avasallante Cristian.
Se necesitaba, con urgencia, “equilibrar” la casa.
Para esa causa se pondría en marcha, entonces, toda la burocracia telefeística.
Y el programa “Intrusos”, conducido por Jorge Rial.
 El Hombre Honorable que, asimismo, conduce las “galas” de Gran Hermano 2011.
Así se fue construyendo el “mensaje”, que es mayormente efectivo cuando entra por repetición en la cabeza de las personas.
Cristian pasó a ser asociado con la “violencia de género”, con los “hombres golpeadores”, con la ludopatía, la droga y otros mensajes sugeridos en forma más o menos explícita.
Desde las usinas ya mencionadas.
Como contrapartida, había que “cuidar” a los otros participantes.
De Solange y sus expresiones discriminatorias contra “negros” y “gordas”, no se dice ABSOLUTAMENTE NADA.
El “moderador” Peluffo parece reticente a darse por enterado.
Y Emiliano, el “amigo fiel” de Kimba, no es responsabilizado por su “violencia de género” contra Gisele y Pamela.
También se ha optado por “olvidar” su burla incalificable contra Rocío.
Él también es “víctima”.
Le “tiembla el corazón” cuando grita Cristian U.
Sobre quien el Hombre Honorable, conductor de “Intrusos” y de las “galas”, hizo una encuesta para ver “si se lo percibe como agresivo o no”.
Cuando no hizo NINGUNA similar para que se pudiera juzgar lo mismo, pero SOBRE ÉL, luego de sus amenazas contra Ricardo Fort.
Mientras el Hombre Honorable les habla a los “hermanitos/chicos” y les pasa videos emotivos, deja abierto el espacio del vivo para que se exterioricen los “conflictos”.
Tal como él suele mostrarlos en “Intrusos”.
Con su consabida sensibilidad hacia la privacidad ajena.
Las reacciones de los participantes, sumadas a los videos “más importantes” de la semana, pueden propender a la modificación de la tendencia en las votaciones.
Por VEINTE PUNTOS, como el día del “milagro estadístico” que eyectó a Pamela de la casa.
O “por menos de un punto”, como ocurrió cuando se fue Gisele.
Todo rápido.
Vertiginoso.
Donde las emociones, la ira o la alegría no dejen lugar para pensar demasiado.
¿El público? Parcialmente ganador o perdedor, según lo que haya votado.
¿El canal? GANADOR TOTAL Y ABSOLUTO. Recauda de todas formas.
Siempre. Absolutamente SIEMPRE.
En el medio, lo gris.
Lo que “molesta” para el relato simplista de “realidad dicotómica” que plantea el medio.
La solicitud de apoyo al gobierno tucumano que exteriorizó Solange, un claro ejemplo.
En una escena que hubiese fascinado a Soriano o a García Márquez, en la Plaza Independencia se buscaba apoyo para quien NO SABE cuándo fue la Independencia.
El show debe continuar.
Nosotros vemos lo que ellos quieren que veamos.
Ellos “mandan”. ¿Nosotros?… obedecemos.
Lo que nos muestran es lo que nosotros hacemos o somos.
Nos proyectamos en los participantes.
Y el canal lo aprovecha.
Nos sumimos en la hipnosis colectiva.
Nos fanatizamos.
Nos insultamos.
E insultamos a los participantes.
Como ellos insultan a los invitados a los debates.
La producción NO podía perder el control del programa a causa de un participante y las redes sociales.
No podía consentirlo.
Ella tiene que mandar, nosotros obedecer.
Ella ES como Marco Alessio.
Y nosotros, el objeto de su colonización.
En lo que a mí respecta, aún teniendo bien en claro los manejos del programa, lo vi igual.
Me apasioné con el juego de Cristian U, a quien apoyo y seguiré apoyando hasta que salga de la casa, gane o pierda.
 Quise imaginarme que se permitiría a quien le había encontrado la vuelta al formato, a quién ingeniosamente lo había desafiado, llegar a la merecida final.
En un marco de fanatismo razonable.
No en esta sucesión de discursos violentos GENERALIZADOS.
 Quise imaginarme que el canal no incurriría en exageraciones ni omisiones mayores y previsibles que en otras ediciones.
Quise ver, como otros, algo que sabía que NO ocurriría.
No quise vislumbrar, aunque lo estuviera haciendo, que la corporación telefeística no toleraría desvíos antisistémicos a la contundencia ostentosa de su aparato comunicacional, al servicio del cual están sus  nomenklatura de burócratas, e, incluso, los apparatchiks de los debates, que, muy pronto, serán olvidados o reconocidos en otras facetas.
He decidido no ver más TELEFE.
Tampoco América, donde tiene su programa el Hombre Honorable.
Tampoco otros canales de aire.
Tengo cable, donde veo películas y documentales.
 Y una Biblioteca de casi cuatro mil volúmenes, que es mi bien más preciado.
Mi mayor orgullo.
En ella me refugiaré.
El programa carece,  YA, de la más mínima credibilidad.
El canal la ha sacrificado en aras de sus ganancias.
Al fin y al cabo, SU MAYOR OBJETIVO.
¿Será Solange la ganadora?
¿Será Martín Anchorena?
¿O Cristian U, el blanco preferido de la burocracia telefeística y del Estado Mayor del Hombre Honorable?
Gran Hermano 2011, pronto, será un recuerdo.
Una anécdota.
Este artículo, tal vez, lo lean muy pocas personas.
A algunas les gustará; a otras, no.
Mientras sirva para que tan sólo UN lector piense y reaccione frente al daño que podemos hacer(nos), no pensando por nosotros mismos y aceptando Alessios que nos digan cómo hacerlo, y modificando esta conducta, habré tenido una pequeña satisfacción moral.
Que ese lector tengan en cuenta que, cada vez que cree a pie juntillas todo lo que la televisión dice, no sólo puede estar lastimando a alguien, dañando su integridad psíquica, física y moral.
Sino que, por sobre todo, está sacrificando SU libertad en aras de intereses ajenos y, no siempre, claros.
Acaso, oscuros.
Que nos daría, probablemente, escozor verlos tales y cómo son realmente.
Como le pasó al profesor Ferraro frente al frío y calculador extraterrestre que adoptó el nombre de Marco Alessio.
Como parte del espectáculo de HIPNOSIS COLECTIVA.
La final, amañada o no, está por llegar.
Pero el fin…
El FIN empezó ayer.
Conal Cochran

No hay comentarios:

Publicar un comentario