miércoles, 16 de marzo de 2011

Las lágrimas de Tamara y la ira de Alejandro (16 de marzo de 2011 - Foro GH 2011)


Publicado por conal_cochran
16 de marzo de 2011

Las lágrimas de Tamara y la ira de Alejandro


Tamara se pasó buena parte del tiempo de este Gran Hermano 2011 llorando. Eso no es ninguna novedad.
Alejandro es insoportable para la convivencia y su carácter, cada vez, se torna más irascible. Eso tampoco es ninguna novedad.
Lo que me propongo acá es tratar de entender los motivos de tales reacciones, más allá del tiempo transcurrido de aislamiento que genera la saturación de TODOS los participantes, no sólo de los arriba mencionados.
Tamara venía jugando el papel de chica ingenua del Interior. Decir esto o tan sólo sugerirlo les costó caro al grupo de “!as divinas”, en especial a Rocío, pero, más que nada, a Ariana. Además Tamara, de alguna manera, estaba bajo el ala protectora de Cristian U., Jesica y Loreley. Cuando quedó nominada se puso a desarrollar una campaña de llanto televisado exagerado en la que explicó que “su sueño” era ganar el premio para atender la salud de su madre. Quedó flotando la sensación de que quienes la habían nominado eran poco menos que unos canallas de la peor calaña. Con la famosa intervención de sus padres en la gala hablando con Jorge Rial, con los componentes arquetípicos como la musiquita dramática, los ojos enrojecidos, etcétera, Tamara consiguió quedarse. “Estrellita Mía” se había salvado.
Pero el papel de Cenicienta duró poco cuando trascendieron los alcances de la enfermedad de la madre de Tamara, cuando la obra social emitió un comunicado incómodo para los involucrados y con el desarrollo de otra sucesión de hechos que terminaron poniendo a la participante jujeña en la situación en la que está hoy: Poner la salud de su madre como excusa para ganar el juego, cuando hubiese sido más legítimo decir que era por sus aspiraciones de ser bailarina. Tamara supone que los telespectadores la “tenemos que” ayudar porque ella “lo necesita”. Y nosotros NO estamos para eso. Ella entró a Gran Hermano, no a “Sábados de la Bondad”. Queremos ver estrategia, táctica, supervivencia, mantenimiento o inversión de alianzas; no llantos o reacciones histéricas como la de ayer. Yo, al menos, NO tengo interés en ayudarla, NO quiero hacerlo y tengo el sagrado e incuestionable derecho de expresarlo, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.
Sin embargo, estoy convencido de que las lágrimas de Tamara, hoy más que nunca, son de IMPOTENCIA. Se siente frustrada porque NO ALCANZA con “su historia” o encubrimiento de sus objetivos reales para ganar. Emiliano y Solange la “pincharon” para que se una a ellos efectivamente apelando a generar su “indignación”. Pero la maniobra les salió mal porque subir el perfil y mostrarse a los gritos le juega en contra, máxime con los videos e informes médicos y burocráticos que hemos venido conociendo. No pudo sostener su personaje y su verdad a medias (o mentira incompleta, como se prefiera) y es por eso que, como no puede atacar al público, va contra Cristian U. responsabilizándolo a él por la endeblez de la historia que ELLA MISMA urdió. Por cierto, supongo que a los conductores de los programas de TELEFÉ se les paga por mostrarse “conmovidos” con lo que le pasa,PERO A NOSOTROS, NO.
Con Alejandro pasa algo similar. Él llegó al programa con el respaldo de ser una suerte de “candidato oficial” para ganar el premio. El “participante 19”. El competidor con disforia de género cuyo “sueño” es el de operarse. Con eso se pensó que iba a alcanzar. Restaba dormir a destiempo, comer mezclas excéntricas de comida, pedir todo el tiempo cosas en el confesionario y consolidar obsesiones y odios pasajeros. No importaba cuán insoportable podía ser convivir con él. Estaba “seguro” en la final. Para qué esforzarse si el público tenía “el deber moral” de hacerlo ganador. Su plan descansa, al igual que el de Tamara, en la conmiseración “asistencialista”. Nosotros “tenemos que” votarlos. No podemos ser “tan desalmados” de no premiarlos a ellos que “lo necesitan”. 
Alejandro ha percibido, sobre todo después del regreso de los cuatro participantes VOTADOS POR EL PÚBLICO a la casa, que Cristian U. era fuerte. Y que, cuando él se había ilusionado con su partida y que, no viéndolo más, tendría el camino expedito para ganar, las cosas ya no le eran tan fáciles como él pretendía.  Su “sueño” comenzó aRELATIVIZARSE o a ser puesto en un pie de igualdad con el de los otros (forma inmejorable, si las hay, de no discriminarlo). Eso potenció su ya consabido mal humor, sus mañas y sus dificultades para la convivencia. Se tornó más insoportable de lo habitual. Tuvo como excusa el no tolerar a Jony K (como antes había hecho con Emiliano). Y cuando Jony abandonó la casa por voluntad propia, no le quedó otra alternativa que ir contra Cristian U.. Pero comoNO PUDO hacer mella en su popularidad, comenzó a realizar sus intervenciones desafortunadas en los vivos, que generó una reacción de rechazo mayor hacia su persona por parte del público. 
Pero lo que, a mi juicio, terminó de sepultarlo fue el obtener (con o sin “ayuda”, dejemos el beneficio de la duda) la carta de “salvación” y utilizarla en su propio beneficio luego de haberse referido a la “falta de huevos” de los demás. LE FALTÓCORAJE PARA ENFRENTARSE EN PLACA A CRISTIAN U.. Y su “salvación”, cruel paradoja, se convirtió en una evidencia de su PROPIA DEBILIDAD Y COBARDÍA.
Alejandro y Tamara descansaron en la lástima y en esa idea perversa de que SÍ o SÍ se los “debe ayudar” porque ellos “lo necesitan” y “su historia” es “más importante” que las de los demás. Se pensaron que, de esa manera, alguno de los dos se iban a convertir en los “candidatos naturales” para ganar. Pero la “princesa” se ha transformado en rana y el “príncipe” en sapo. El cuento terminó al revés. Por eso es que hoy, en la casa, hay llanto, rechinar de dientes, improvisación lúdica y manotazos de ahogado.
Conal Cochran

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