Cristian U: A dos meses de SU TRIUNFO, de NUESTRO TRIUNFO

Han pasado ya dos meses…

Dos meses desde que, con gritos, gran emoción, alegría contenida y lágrimas en los ojos, vimos y escuchamos que Cristian Urrizaga había ganado la edición de Gran Hermano 2011.

Ganó Cristian. Nuestro Cristian.

El que nos cautivó con su juego, con su personalidad.

Con sus virtudes y con sus defectos.

Un ser humano como cualquier otro.

Pero con un talento especial para consagrarse como el mejor jugador de Gran Hermano 2011.

Y, en mi opinión, de toda la historia de Gran Hermano, edición argentina.

Fue el jugador más honesto en sus propósitos.

El que dejó establecido, desde el principio, para qué estaba participando en el programa.

El que dijo que no había ido a buscar amigos, sino a participar de un reality que tenía un premio muy importante. Y que ese premio sólo podía ser para UNO.

Algo que sabemos TODOS, pero que algunos consideran "políticamente incorrecto" decirlo.

Fue líder y estratega.

Jugó con intensidad y obligó a otros a imitarlo.

Tuvo alta exposición desde el principio. Su figura impactó fuerte. Y el programa comenzó a girar en torno a él. Como el resto de los participantes, acercándose o alejándose.

Y fue quien, por esa razón, tuvo SIEMPRE la iniciativa. El que, como se dice en política, “marcó la agenda”.

Revolucionó el juego.

Lo dio vuelta.

Rompió, en parte, su lógica.

Y lo amoldó a la suya.

Con una “mad tactic” que tenía, claramente, su razón de ser. Y que no violaba el Reglamento.

Ante los resquemores y recelos que estaba generando en una porción sustancial de sus compañeros de convivencia, advirtiendo con toda claridad que irían por él, a la altura de la tercera gala, decidió AUTONOMINARSE.

Mandarse ÉL SÓLO a placa.

Con una clara intencionalidad: Licuar votos y que subiera otro.

El público decidiría.

La apuesta era riesgosa, porque podía perder, máxime exponiéndose cada semana.

Y, sin embargo, no se fue.
Porque NOSOTROS lo sostuvimos.
Haciendo que resultara expulsado su principal adversario entre los nominados.

Cristian repitió este camino una y otra vez. No cayeron jamás ni él, ni sus entonces aliados. Sino otros cinco, que no lo eran.

Confundiendo el juego con lo personal, una participante expulsada, antes de irse, se dirigió en duros términos hacia Cristian, en vez de analizar los propios defectos de su juego y el de los demás. Que, como no podían ganarle, decidieron aislarlo.

Hacerle un vacío. Inclusive algunos que se habían beneficiado gracias a su estrategia exitosa.

Cristian, entonces, decidió abandonar.

Y el programa entró en crisis.

Nos movilizamos para lograr su regreso a la Casa.

Molestamos. Hicimos campaña. Ruido.

Cristian ya había revolucionado el juego desde adentro.

Y, en esa instancia, nos tocaba a nosotros hacerlo desde afuera.

A riesgo de la pérdida de rating, algo verificable esa semana, donde el programa estuvo aburridísimo, la producción cedió, se habilitaron los teléfonos y Cristian, con más del setenta por ciento de los votos, regresó a la casa. Conseguimos lo que nos habíamos propuesto.

A partir de allí, Cristian se comunicó, por medio del Twitter, con nosotros, sus seguidores. Que empezamos a ser conocidos como los TALIBANES.

Nuestra arma preferida para eliminar a los adversarios de Cristian fue bautizada, por quien esto escribe, como “FULMINANTE COMBINADA”.

Cristian señalaba el blanco y nosotros votábamos para expulsarlo.

Durante un mes, todos los que Cristian señaló, se fueron.

Y otros terminaron fuera, pero en forma alternada.

Por los motivos que ya expliqué en mis anteriores artículos y sobre los que, considero, no tiene sentido que vuelva a explayarme.

Sobre todo para no tener que volver a nombrar a quienes no tengo deseos, ni interés, de recordar. Porque ya han pasado a la historia. O, tal vez, a la historieta.

Mencionarlos sería revolver un pasado que me ha indignado. Como le ha ocurrido a otros muchos. Que, imagino, tampoco querrán recordar a quienes merecen ser olvidados.

Esa indignación, paradójicamente, fue la que me motivó a proponer la revitalización del eje positivo que DEBÍA tener la final de Gran Hermano 2011. Que algunos pretendían convertir en negativa. Para hacer que pierda uno. El MEJOR. Cristian U. 

Tergiversando su espíritu original.

Insté, entonces, a transformar lo negativo en positivo.

El desánimo, en acción entusiasta.

La rabia, en alegría.

Y de allí nació mi pedido de reciclar lo que nos molestaba, para convertirlo en votos.

En una lluvia de votos para consagrar a Cristian Urrizaga como ganador de Gran Hermano 2011.

Mandando mensajes de texto al GH 2 al 9009.

El vehículo para obtener una VICTORIA COMBINADA, frente a otros que sólo trabajaban afanosamente para que perdiese nuestro candidato, no para que ganara su favorito circunstancial.

Y votamos sin descanso GH 2 al 9009.

Para hacer una realidad tangible la VICTORIA COMBINADA de Cristian U y de quienes lo queríamos ver coronado como el GANADOR de Gran Hermano 2011.

Logrado el objetivo, publiqué mi último artículo.

Allí expresé mi alegría porque Cristian había ganado.

Hice un reconocimiento a quienes habíamos conseguido, en un trabajo mancomunado, el triunfo de nuestro candidato.

Y tendí mi mano a quienes habían sido nuestros ocasionales adversarios, ya que no tenía sentido continuar con rencillas inconducentes cuando el programa ya había terminado.

¿Cuáles son las razones, entonces, para escribir este artículo?

La primera, resaltar lo feliz que me siento por el éxito con que se vio coronado el juego de Cristian en la Casa de Gran Hermano 2011.

La segunda, para decir que tuve oportunidad de conocer en persona a quien tanto apoyé.

Fue una experiencia muy linda, que no sólo colmó mis expectativas, sino que LAS SUPERÓ.

Porque, además de encontrarme con un gran jugador, un muchacho muy inteligente, estuve ante alguien muy cordial. Que respondió con una sonrisa a todo el que se acercó a saludarlo, estrecharlo en un abrazo o darle un beso. Me llevé la impresión de estar ante un BUEN TIPO. Completamente distinto a las campañas infames e insidiosas que se lanzaron contra su persona y seres queridos.

Un párrafo especial merece Mari. Atenta, simpática, muy observadora e inteligente. Sencillamente encantadora.

Compartí con ambos un momento muy grato, que me siento en la obligación de agradecerles. Y de comentarles a ustedes, mis lectores.

Sin duda ha sido una buena decisión haber apoyado a Cristian para que ganase. Así como lo creo, lo expreso.

La tercera razón es la menos agradable de todas.

Después de conocerlo a Cristian y de llevarme una impresión incluso mejor de lo que yo, en un principio, había imaginado, me siento en la obligación moral de defenderlo cuando es atacado. Y, más aún, cuando somos atacados sus seguidores.

Quien propala esas agresiones es el ANTIUÍSMO.

Una conjunción de odio, resentimiento, frustración, fracaso e inoperancia que ya debiera haberse extinguido. Pero que persiste, como lo hacen algunas enfermedades antiguas como la lepra, para citar tan sólo un ejemplo. La calamidad antiuísta no tiene otro fin específico que no sea el de molestar.

¡Sombra previsible y aburrida del antiuísmo, voy a tener que evocarte!

Para decir cuán ABSURDO resulta continuar atacando a Cristian DESPUÉS de la finalización del programa.

Donde el antiuísmo se ha revelado no sólo como un hechizo fracasado retrospectivo, sino también actual y potencial.

Un enchastre de cuyo nombre no quiero acordarme.

De nada sirve decir “las uvas están verdes”, como la zorra de la fábula, que, al ver que no podía alcanzarlas, maquilló su rabia con esa frase.

Lo mismo que hacen los antiuístas que estuvieron dentro de la Casa y los que están fuera de ella.

Insistir con que “Cristian perdió”, que “si la votación seguía ganaba [el expulsado por el sesenta y ocho por ciento de los votos, que volvió por decisión discrecional de la producción y obtuvo el segundo puesto]”, entre otras tonterías de un calibre similar, es PERDER EL TIEMPO.
Cristian GANÓ. El premio fue PARA ÉL. Y NOSOTROS lo hicimos posible.



Por más que esta realidad les produzca dolor de panza, cabeza o muelas, ES ASÍ. Y no la van a poder cambiar.

Quienes, entre los otrora participantes, conforman el antiuísmo, nos motivan al olvido inmediato, presuroso e instantáneo de sus existencias.

Porque SIGUEN HABLANDO MAL DE CRISTIAN para aparecer en los medios.

Y es por esa razón que, por ejemplo, yo NO los estoy nombrando.

Para que ni siquiera salgan mencionados en el Google.

Si quieren prensa, que trabajen y la consigan.

Sin duda tendrán habilidades que, aunque las desconozcamos, los hará instalarse con facilidad en el mundo de la televisión, el cine y el teatro.

En lo que a mí respecta, he decidido, como los faraones cuando suprimían algo de la historia de Egipto, borrarlos de “mis obeliscos, pirámides y pilones”.

Una saludable amnesia concurrirá en mi auxilio. Y, calculo, en el de otros.

En cuanto a los antiuístas que insultan en foros, Twitter y cualquier medio que esté a su alcance, incurriendo, incluso, en amenazas y denuestos bajos y de lo más vulgares contra Cristian, su familia y sus seguidores, quiero decirles que SUS ESFUERZOS SON EN EXTREMO INÚTILES.

Porque hoy volveré a proponer EL MISMO ESPÍRITU y EL MISMO ESQUEMA que condujo a la victoria de Cristian, a nuestra VICTORIA COMBINADA.

Convertir los improperios y amenazas en UN APOYO MÁS DECIDIDO A CRISTIAN y la carrera que ha iniciado.
Ante la agresión, mi respuesta será única, corta y contundente.

Después de eso, agregaré a quien las propale a mi lista “Dendritas Petrificadas”. Y,como corolario, block. El mejor “cucatrap” ciberespacial.

Si hubiere amenazas (nunca falta algún loco enceguecido por su connatural idiotez), guardaré los antecedentes, con todo detalle, a los efectos que pudieren corresponder.

Superadas esas intromisiones molestas e inefectivas, continuaré, con el resto de los talibanes, SIGUIENDO y APOYANDO a Cristian, interiorizándome sobre sus actividades.

Y si bien el propio Cristian es el primero en remarcar que el programa ha terminado hace dos meses, me permito hacer explícita una expresión de deseos. Un anhelo a título personal

Me parece que ha llegado la hora de que alguien que conozca Gran Hermano POR HABER PARTICIPADO EN EL JUEGO, tenga responsabilidades en la conducción del programa.

Porque conoce el afuera y el adentro, con el agregado de haber sido el ganador.

Pienso, por lo expuesto, que sería algo estupendo que Cristian Urrizaga sea el futuro conductor de Gran Hermano 2012.

Mientras tanto, me tomo el atrevimiento de ser la voz de otros talibanes.

Para decir:

Apreciado Cristian:

GRACIAS por los momentos entretenidos que nos hiciste pasar.

GRACIAS por tu desempeño en Gran Hermano 2011.

GRACIAS por habernos permitido interactuar con vos, para hacer una campaña mancomunada que culminó, felizmente, en una VICTORIA COMBINADA. En TU VICTORIA. Que nos llenó de emoción y alegría.

Porque fuiste y sos EL MEJOR.

Muchos éxitos en todo lo que emprendas.

Queremos ayudarte y lo vamos a hacer.

Tus talibanes estuvimos, estamos y vamos a seguir estando junto a vos.

Te admiramos y queremos mucho.

Siempre a tu disposición.

Conal Cochran